En el Pirineo Aragonés se han contabilizado más de 245 ibones
Sólo en el Pirineo Aragonés, se han contabilizado 245 ibones. Son lagos de alta montaña, la mayoría, de origen glaciar, que gran parte del año se encuentran congelados. El término ibón es la palabra aragonesa para designar estas formaciones, pero ya su uso está extendido a toda España y es común en la jerga montañera. En Cataluña, son estas formaciones son conocidas como estanys. Hasta tal punto son interesantes estos fenómenos geológicos, que Aragón ha impulsado distintas rutas turísticas basadas en excursiones a estos parajes (http://ibonesdearagon.turismodearagon.com/).
La lista sería interminable. No existe la excursión al ibón ideal. Depende de las preferencias de cada uno. Primero hay que tener en cuenta su accesibilidad: si se es experto o no, o si se trata de una salida en familia, con niños,… O de una actividad para iniciados en el senderismo y la montaña.
Ibones en el Pirineo Aragonés
Por ejemplo, lugar privilegiado en el ranking de ibones del Pirineo Aragónes ocupan Acherito y Estanés, en los Valles Occidentales. En Astún, el telesilla se aprovecha en verano para acceder al Ibón de Truchas. E, incluso, desde allí, resulta relativamente sencillo alcanzar caminando otros pequeños lagos ubicados en la parte francesa. Del mismo modo, los ibones Azules o los de Anayet, en el Valle de Tena, aprovechan las infraestructuras –aparcamientos y caminos- de la estación de esquí Formigal-Panticosa. Escarpinosa y Batisielles, en Benasque, o Plan tampoco se pueden olvidar en esta relación.
Ibones en el Pirineo Catalán
Ya en el Pirineo Catalán, los ibones también se cuentan por decenas. El Lago de San Mauricio, en Espot, y los Lagos de Colomers, en el Valle de Arán, son un clásico y unos de los más pintorescos. Los lagos del Gerber, a los que se accede desde el telesilla de La Peulla, en el Valle de Aneu es otro lugar mágico. Por supuesto, en la agenda tienen que tener un lugar los ibones de los parques naturales y los espacios protegidos, como Ordesa y Monte Perdido o Aigüestortes.
Son solo algunos ejemplos en el inmenso mapa de ibones que se dibuja en el Pirineo. Sin embargo, hay otras zonas de España donde también existen lagos de montaña espectaculares, como en Sierra Nevada. Y el verano, es el mejor momento de sumergirse en el conocimiento de estos impresionantes lagos de montaña. Y si uno no le teme al frío, de hacerlo en el sentido más amplio de la palabra. No hay nada tan saludable y gratificante como un baño en un ibón cuando los termómetros se disparan.
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